Sobre mí

Llevo desde 1992 viviendo la contratación pública desde tu punto de vista: el de la empresa privada. 

Por eso, te puedo ayudar.

Soy Luis Gracia, contratista, consultor y formador. En este vídeo te cuento por qué has llegado al lugar indicado si quieres vender a la Administración Pública…

Más de 300 contratos ganados y más de 1.500 aprendidos

Empecé a vender a la Administración en 1992, arriesgando mi tiempo, dinero y trabajo.

He vendido obras y servicios a administraciones y empresas públicas, empresas privadas, e incluso a particulares.

En todo este tiempo, en el sector público, he ganado más de 300 contratos.

Y lo más importante: he perdido más de 1.500.

A estas alturas, no tengo la receta mágica, todavía no sé que hay que hacer para lograr contratos con la administración.

Lo cierto es que nadie lo sabe.

Y quién diga que lo sabe: miente.

Lo que sí he aprendido es qué no hay que hacer.

En todo este tiempo he tenido la oportunidad de aprender mucho de mis compañeros, colaboradores, subcontratistas, y clientes.

Todo lo que te puedo enseñar, lo sé gracias a lo que he vivido.

Nunca te enseñaré o te diré que hagas algo que no haya hecho yo antes.

Más de 25 años en la contratación pública, asesorando a empresas, participando en licitaciones y ejecutando contratos, e impartiendo formación dan para mucho. Créeme.

Entre otras cosas, para que tú avances años, en meses.

De “contratista” a “formador-contratista” en 2014, pasando por despedir a más de 100 trabajadores de mi empresa…

Desde 2014 estoy 100% dedicado a ayudar a empresas a contratar con el Sector Público. Ahora soy mucho más formador-consultor que contratista.

Esto es así porque en 2011 la administración se quedó sin dinero, ¿lo recuerdas?

Todavía tengo pesadillas con eso.

Estuve más de un año esperando a cobrar facturas de distintas administraciones que sumaban millones de €. Sí, millones, varios.

Me decían: «…tú tranquilo que cobrarás, no vamos a desaparecer…»

Y contestaba: «Sí claro…, el problema es ¿cuándo cobraré?»

Mientras esperaba a cobrar viví las situaciones más dolorosas de mi vida personal y profesional.

Tuve que despedir e indemnizar a más de 100 personas.

Y al final, no pude esperar más, tuve que prepararme y presentar un concurso de acreedores.

En mi caso, las soluciones que después implementó el gobierno llegaron tarde.

Se fue todo al garete.

Fue como perder un familiar, una de las peores cosas que he vivido.

Sales adelante, de eso no se muere uno, pero se pasa mal. Muy mal.

Hoy las cosas son distintas.

Firmar contratos sin tener el dinero para pagarlos tiene graves consecuencias para políticos y funcionarios. 

Puedes estar tranquilo.

Lo único bueno de todo esto es que se aprende mucho, muchísimo.

Por eso comparto contigo lo más valioso que tengo: la experiencia, y el conocimiento.

Vamos a sacar partido de mi experiencia.

Te soy sincero: Hoy prefiero ayudarte a ti a triunfar, que ser contratista.

Es mucho menos lucrativo, aunque también me gano bien la vida, y me permite dedicar más tiempo a otras cosas que también son importantes: Familia.

Soy consultor y formador desde 2006, año en el que empecé a compartir mi experiencia y conocimientos. Año en el que también empecé a aprender de mis Alumnos.

Al principio fueron asociaciones empresariales las que me pidieron que creara e impartiera cursos. Después fueron organismos públicos. Desde 2012 también son empresas las que me piden consejo y programas de formación a medida.

Me he formado para formar y poder transmitir conocimiento de forma eficaz, para que tú lo puedas aplicar de inmediato en tu trabajo.

Tengo conocimientos, tengo experiencia, y sé enseñar.

Además, veo y he visto las cosas desde tu punto de vista, comprendo todas las situaciones por las que vas a pasar si quieres que la Administración Pública te contrate.

El objetivo es que a partir de ahora factures y cobres a nuevos clientes serios, fiables, predecibles.

Recuerda que siempre he vivido la contratación pública desde tu punto de vista (que es también el mío).

Nunca he tenido mi sueldo asegurado, por eso te entiendo perfectamente.

Así que lo que te enseñe si accedes a mis servicios y formaciones siempre será práctico, aplicable.

Realista.

Palanca de tu prosperidad

Me mueve ayudarte y que los dos saquemos partido con ello.

Conseguir que avances años en meses, evitar que tropieces en las piedras en las que yo he tropezado. 

Trabajo para que vendas a la administración, factures más y cobres a tiempo tus facturas.

Este es mi propósito. Ser la palanca de tu prosperidad.

Mi empeño es que lo que aprendas te sirva para ser más próspero y que te vaya muy, pero que muy bien. 

Para que seas un profesional reconocido y valorado.

Que logres muchas adjudicaciones. 

Para que te admiren tus compañeros, clientes, competidores, familiares y amigos.

Y por supuesto, para que cobres tus facturas, a tiempo.

No quiero engañarte. En el fondo, y en la superficie, soy egoísta.

Tengo claro que cuanto mejor te vaya a ti y más útil te resulte, mejor me irá a mí. 

A estas alturas no creo que sepa todo lo que hay que hacer para ganar licitaciones y gestionar los contratos como un ángel.

De hecho, no creo que nadie lo sepa. 

Lo que sí te puedo asegurar es que sé lo que no hay que hacer.

Y lo sé por experiencia.

Propósito y valores

Mi propósito es ayudarte a vender a la administración.

Dicho de otra forma: ser la palanca de tu prosperidad.

Que accedas a nuevos clientes. Que factures.

Mis valores son:

  • Independencia: Me debo a mis alumnos y clientes, no me importa molestar o hablar claro.
  • Honestidad: Lo cuento todo, no me guardo nada. 
  • Lealtad: Mis clientes y alumnos son lo más importante, pase lo que pase, venga quien venga.

Conflictos de intereses

No tengo conflictos de intereses: soy libre e independiente.

No recibo de la administración ni de las personas que trabajan u ostentan cargos en ella: favores, prebendas, o subvenciones.

No dependo del favor ni de los contratos de la administración. 

No tengo que quedar bien con nadie. Especialmente: funcionarios y/o políticos.

Tengo total libertad para hablar claro, y contarte todo lo que necesitas saber.

Solo me interesas tú, porque cuanto mejor te vaya a ti y más útil te resulte, mejor me irá a mí. 

Donde estoy

Internet es mi sitio natural. Es aquí donde sé que te resultaré más útil.

Tengo la experiencia, los conocimientos, y la capacitación para impartir formación a través de internet.

Imparto cursos en modalidad de Teleformación desde hace años.

Esto te interesa porque no te perderás nada por el camino, aprovecharás mejor tu tiempo.

Cuando me lo piden (insistentemente), también hago formación presencial. Aunque lo intento evitar.

La sede social y oficina de representación de mi negocio está en la calle Lagasca nº95 de Madrid, los servicios basados en la web se prestan desde el distrito madrileño de San Blas-Canillejas.

Trabajo desde Huesca, donde vivo felizmente con mi familia, a menos de 1 km. de la estación del AVE.

¿Quieres saber más?

Estoy a disposición. Compartir experiencias y conocer a personas como tú me ayuda a cumplir mi propósito y mejorar como profesional.

Me encantará escucharte, responder a tus dudas y contarte más cosas. 

Escríbeme un correo electrónico o envíame una paloma mensajera, pero no intentes llamarme por teléfono porque me enrollo mucho y el tiempo vuela.

¿Hablamos por teléfono?

Conceptos como “trabajo remoto” o “comunicación asíncrona” parecen ser cosas de este siglo, especialmente de los últimos años.

Olvidamos que nuestra civilización, desde el Imperio Romano, pasando por la España en la que no se ponía el Sol de Felipe II, hasta nuestros días, está llena de organizaciones y personas que se han comunicado de forma asíncrona desde el primer momento.

Sin ir más lejos, la Iglesia Católica Romana, lleva siglos trabajando a distancia, y estarás de acuerdo conmigo en que ha acabado siendo una organización, cuanto menos, eficaz.

La Compañía de la Bahía de Hudson —la más antigua de Canadá y una de las más antiguas del mundo en activo— trabajó “en remoto” sus primeros 300 años: su oficina principal estaba en Londres, y el 99% de sus trabajadores en Canada, con un océano de por medio.

La razón por la que hay algunas organizaciones que, a pesar de la distancia, han conseguido pervivir e incluso tener un peso importante en la historia de nuestra civilización es sencilla: la lectura lenta y atenta, y la escritura clara y concisa.

Si al final resulta conveniente hablar por teléfono o tener una videoconferencia, no te quepa duda de que hablaremos o nos veremos.

Como si hace falta que te vaya a ver.

Ahora bien. Antes de eso nos habremos escrito y pensado bien lo que queremos decir.

El tiempo y la concentración son sagrados.

Solo así puedo servir eficazmente a mi propósito, que es que tú vendas a la administración y accedas a clientes recurrentes que pagan siempre.

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